En esta noticia continuamos el análisis de la contratación temporal según la reforma laboral realizada mediante Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, que tiene por objeto reducir la precariedad y la temporalidad en el empleo.
Con la nueva normativa, la contratación temporal se reduce a dos modalidades contractuales: el contrato por circunstancias de la producción, y el contrato para la sustitución de trabajadores con reserva de puesto de trabajo.
Existen dos subtipos de contrato por circunstancias de la producción, en función de si las circunstancias causantes de la contratación temporal son imprevisibles o previsibles. Analizamos el contrato por circunstancias imprevisibles en esta entrada, y a continuación veremos con detalle el contrato por circunstancias previsibles.
Contrato por circunstancias de la producción previsibles.
Este subtipo de contrato se caracteriza porque tiene por objeto cubrir situaciones previsibles y de carácter ocasional con una duración reducida y limitada.
Su duración máxima es de noventa días, que pueden ser intermitentes, dentro del año natural, por cada empresa (no por cada trabajador).
Esta figura contractual tiene un difícil encaje en las necesidades de las empresas, puesto que no puede utilizarse para atender necesidades que puedan ser cubiertas con el contrato fijo discontinuo. En consecuencia, no se puede utilizar esta figura para actividades reiteradas y cíclicas.
Más información sobre la reforma laboral
Además del contrato por circunstancias de la producción, existe otra modalidad de contratación temporal: el contrato para la sustitución de trabajadores con reserva de puesto de trabajo, que analizamos con detenimiento en esta entrada. Como complemento a las modalidades de contratación temporal, analizamos el encadenamiento de contratos y las sanciones por uso fraudulento de la contratación temporal en esta entrada.
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